Desde pequeña, mi madre me ha dicho que es posible vivir sin amigos, pues estos pueden traicionarte de un día para otro. Yo no lo creo. Pienso, y seguiré pensando, que aunque en el pasado te halla pasado algo parecido, no significa que te pase toda la vida. Mucho menos cuando estás seguro de querer a esas personas muchísimo, y el sentimiento llega a ser de mutuo acuerdo.
En mi vida, tengo distintos tipos de amigos, que varían bastante en cultura.
Tengo a dos alemanas, mis mejores amigas.
Tengo a cuatro chilenos muy importantes.
A un mexicano que me ha enseñado mucho.
A dos argentinos que siempre han estado conmigo.
Tres españolas.
Y mi familia.
¿Por qué cuento esto?
Porque si no llega a ser por estas personas, yo no sería hoy quién soy.
En el día de mi cumple. Ayer cuando escribía esto; hoy cuando lo publico. Me he dado cuenta de lo importantes que son cada uno por la diversidad de temas, noticias, canciones que te traen cada día.
Porque mientras contemplaba esta tarde el mar, viendo a corriente y la marea subiendo y bajando… Supe que por más que intentaran convencerme de lo contrario, sabía quiénes estarían ahí cuando lo necesitara, quiénes se irían, y los que aguantarían por educación.
Cierto es que a veces puedo parecer algo pesada, insoportable, o niña; supongo que es lo mejor que obtendrás de mí, y deberás acostumbrarte si quieres seguir siendo mi amigo.
No me pidáis que cambie, porque es imposible. Y si lo conseguís, serán solo pequeños detalles insignificantes. Si yo lo quiero, puedo hacerlo, pero no seréis vosotros quiénes me digan que deje de ser la persona a la que os acercasteis una vez. Dejaría de ser esa chica llena de energía, vitalidad, contenta, radiante, linda, dulce, graciosa, loca, fantástica, alucinante, buena, amable, madura, lista, fiestera, bromista, modesta, hermosa, única… Por ello, si sois buenos amigos, me diréis que siga adelante siendo como soy, a pesar de mis defectos: pesada, tímida, celosa, protectora, bruta, vergonzosa, pesimista, subestimada… Reconozco mis fallos, y hace unos días, cuando debía enfrentarme a una decisión sobre moda, dudé de mí misma.
Pasaba que para la subida del socorro, mi prima iba a ir con unos vaqueros cortos, y una camisa sin mangas azul, la típica ropa que uno se sale para ir a dar una vuelta, no a una romería donde sudarás y te mancharán de vino. Yo llevaba una camisa amarilla, larga, y unos vaqueros del mismo color. La camisa era la misma que mi compañera tenía secándose en la tendedera con nuestro apellido.
Al ver como iba a salir ella, le comenté que si podía ponerse otra cosa, pues yo no tenía ropa de cambio en casa de mi abuela. Ella contestó:
- ¿Qué más te da? Vete tú así, y yo voy así.
- Pero no me parece normal ir de una forma distinta a ti, porque si me hubieras dicho que irías guapa, yo me hubiera puesto claramente, algo mejor.
- Pero es que yo no tenía que decirte nada.
- ¡Pero es que vas a una romería!
L a pelea llegó a oídos de la mejor amiga de mi otra prima, quien comentó que yo tenía razón, más que mi prima fuera como quisiera, total, sólo sería una fiesta.
Con esa mentalidad iba yo cuando veo cómo mi prima se cambia de ropa y sale a la calle enfadada.
Puede que me pasara con algo que no tenía sentido. Me tendría que dar igual ir menos arreglada que ella. Pero me importaba y molestaba que no me hubiera dicho nada.
Dudé de mí misma al pensar que no iría bien vestida o adecuadamente. Ahora me doy cuenta que hice lo correcto. Si hubiera seguido a mi prima hubiera echo el ridículo.
Algunos lo llaman intuición femenina.
Yo prefiero llamarlo el apoyo de todas las personas que conozco cuando me dicen lo importante que soy para ellos y lo mucho que me quieren.
Les dedico esta entrada, y asegurarles, que nunca encontraré a nadie como ellos. Que me acepten fácilmente, que me quieran sin rencores, que sean fieles y justos. Porque ya quedan pocos como ellos.
Este sábado me lo pasé muy bien. Disfruté del mejor cumpleaños en catorce años. Y personas que no tenían por qué regalarme nada, gastaron su tiempo en ingeniárselas para darme algo.
Tengo ante mí, dos tarjetas de felicitaciones: una verde, otra una mezcla de fotografías; con un contenido alucinante que me hace llorar.
En mi ordenador, copié las felicitaciones de mis compañeros del The West.
Y en tuenti y facebook, tengo más de dos páginas.
A todos los que se acordaron hoy de mí… A todos los que actúan como pilares de mi vida… Aquellos por los que seguiré adelante siempre…
Yaiza, Aylenia, Daniel, Juan Pablo, Berial, Jordi, Brian, Felipe, Joel, Ana Torres, Julia, Lourdes, Nany, Marco, Hébel, Victoria, Adela, Diana…
No rompáis mi corazón. Y yo no romperé el vuestro.
Y a todos los que me han hecho más fuerte, y eso os perjudicará en el futuro, pues me jodisteís la vida cuando podíais:
Ate, Patri, Eli, Andre, Beth, Att, Prisc, Stef, It, Seb, Cris, Tama, Tan, Ann, etc, etc, etc…
¡Chupadme un pie inútiles!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejar un comentario, será la forma perfecta en la que veré si compartes mis ideas, tienes mis mismos sueños, o si incluso te ha gustado.