Que curiosa es la vida, que cuanto más intentamos sobresalir
en algo, menos lo conseguimos. Y es que la sociedad, al menos la estudiante,
está dividida de una forma muy rara.
Los que son inteligentes y dotados de la capacidad para
aprobar sin estudiar y que se pasan las horas de clase hablando o dibujando en
sus libretas, son aceptados por todos, pues dan las tareas, ayudan a entender y
pasan la mayor parte del tiempo en frente del ordenador informándose sobre la vida
de distintos famosos, viendo películas o viciándose a un nuevo juego.
Los guapos o que se creen lo mejor de lo mejor son aceptados
en los grupos desde el primer día que llegan nuevos a un lugar, son abiertos y
juguetones, algunos incluso se aprovechan de parecer cariñosos para conseguir
abrazos o besos de las chicas que están a la altura.
Los que pasan de todo, simple y llanamente se olvidan de lo
que les rodea en clase, colocándose los cascos de música o durmiendo, algunos
incluso hablando por el móvil con sus amigos.
Y, el último grupo, donde me incluyo: los que intentamos
sobresalir al menos una vez… Y no conseguimos absolutamente nada por mucho que
hagamos. Somos marginados por los demás, tratados como raros o seres que nunca
han existido ni tienen derecho aun minuto de fama. Simples seres que son
pasados por alto sólo porque no son semi perfectos o alguien que no son.
Pasamos la mayor parte del tiempo estudiando para lo exámenes, y después llega
el empollón diciendo que nos hemos equivocado aquí, que no sabemos hacer esto,
que ha sacado mucho más nota que nosotros, o incluso que no sabemos entender
nada.
Cuando intentamos ir guapos al colegio, llegan los guaperas
riéndose por la forma en que vestimos, o del peinado que hemos decidido llevar;
para cuando pasas por la puerta de una de esas clases, te tiren agua porque no
te soportan. Mientras, miras a tu alrededor y todos se ríen de ti. Intentarás
seguir con la cabeza alta, pero no lo conseguirás.
Y los pasotas, si ven que intentamos llamar la atención o
hablar con alguien distinto, directamente hacen chismes o te critican a la
espalda.
Por lo tanto, me duele darme cuenta de que por mucho que
intente mejorarme, siempre habrá alguien superándome, y no es justo… Merezco
minutos de fama, incluso días y encontrar aquello que merezco y tanto he
buscado. Porque no somos falsos, somos como somos, originales. No apreciados,
incomprendidos, simples testigos de la vida, mientras los demás la viven con
sus sueños hechos realidad…

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejar un comentario, será la forma perfecta en la que veré si compartes mis ideas, tienes mis mismos sueños, o si incluso te ha gustado.