Nunca se había sentido
tan sola. Tan desamparada. Tan pérdida en el Universo.
….
-
Necesito que viajes a Reino Unido en unos días.
Ella permaneció callada mientras
su jefe le comunicaba las noticias y su horario.
-
Una vez allí, asistirás a una velada que
ofrecerá Klaus Mikaelson. Debes contactar con el departamento de diseño para
que te tomen las medidas de la ropa a llevar. Y aclaro, sólo llevarás lo que
ellos te hagan. Los gastos van a cargo de la empresa- el hombre la miró,
esperando el reconocimiento de su trabajadora en la cara. Ella asintió con la
cabeza decidida. Y continúo-. La familia Mikaelson son conocidos por su estilo,
y los invitados a sus reuniones sociales irán claramente, con las prendas más
exclusivas.
-
Estaré perfecta en todo momento, señor.
Él hizo caso omiso de su
comentario. Avanzando en las órdenes:
-
Nosotros, como principales proveedores de sus
coches y vestuario, y representados por ti, debemos estar presentes en esa
reunión. Es por eso que debes embelezar a Kol Mikaelson, hermano pequeño del
señor Klaus MIkaelson, que no dudará en
presentarte a todos. Cuando vuelvas quiero ver registros de tu actividad allí.
-
Sí, señor.
-
Y otra
cosa, Katherine. Si puedes, mantén contento sobre todo, al cabeza de familia.
No hagas nada que pueda ofenderlos o molestarlos. Confío en ti y sé que lo
harás bien. Y diviértete lo que puedas.
El hombre hizo un gesto con la
mano, señalándole que podía irse; pero ella aún tenía un tema que tratar.
-
Señor, si me disculpa, me gustaría pedirle un
favor- esperó su respuesta algo nerviosa. Al ver que no respondía, continúo
hablando-. No he usado ninguno de los días de libre disposición desde hace dos
años… Y como hace tiempo que no veo a mi familia… Bueno, e gustaría ir a
visitarlos ahora en Navidades, si es posible.
Por encima de las gafas, su jefe
la contempló lentamente, meditando acerca de sus mini-vacaciones.
-
¿De cuánto tiempo estamos hablando?
-
17 días, señor.
-
Hagamos algo mejor. Te daré más de esos días a cambio
de que mantengas el contacto con los de tu departamento y conmigo. Trabajarás a
distancia, y no todos los días por supuesto.
-
De acuerdo, señor.
-
Ahora, señorita, debo terminar esta corrección.
Salió de la puerta del despecho
sonriente, presintiendo que a partir de ése mismo día, y de camino a los
diseñadores, iba a ir todo maravillosamente bien. Visitaría de nuevo
Inglaterra, después de tantos años, y quién sabía, con suerte podría contactar
con Caroline.
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